¡Bienvenidos a este nuevo artículo sobre mejora continua y gestión empresarial! Hoy queremos comentar sobre las diferencias entre ser empresario y ser emprendedor. Es común que se utilicen de manera indistinta los términos. Pero es importante saber que empresario y emprendedor no son sinónimos. De esto y de algunos retos que supone el oficio “empresario” hablaremos en esta entrega.
En el artículo ¿cómo ser un empresario exitoso? comentamos sobre algunas de las cualidades y de los conocimientos que debe tener para ser exitoso.
El tema se abordó desde el punto de vista de la gestión empresarial. Allí afirmamos que los empresarios exitosos son buscadores de retos.
Una de las afirmaciones interesantes en el artículo mencionado fue la siguiente:
Si lo piensas bien, un empresario exitoso siempre está fuera de su zona de confort, porque busca retos para superarlos, aprendiendo de ellos todo el tiempo.
Pero vayamos al principio y tratemos de responder a la pregunta ¿qué es ser empresario? Un buen ejercicio es que respondas esta pregunta antes de continuar la lectura.
¿Listo? ¿Tienes una respuesta? Entonces sigamos…
¿Qué es?
En términos sencillos, es empresario toda persona que lleva adelante una empresa, sin importar el tamaño, la envergadura o la actividad. Por ejemplo, son empresarios:
- La joven que compra y vende donas, agregando valor para el cliente.
- El diseñador que establece una fábrica de franelas y las distribuye en tiendas.
- Un docente que dirige su escuela privada para enseñar música.
- El grupo de amigos que monta un comercio para financiar sus estudios.
- Los socios que invierten en una fábrica de insumos médicos…
Desde un punto de vista práctico, si tus ingresos dependen de clientes a los que satisface una necesidad – con productos o servicios – eres empresario.
En un sentido más amplio, toda persona que no está empleada en relación de dependencia, cuyos ingresos dependen de sus productos o servicios, puede considerarse empresario.
¿Por qué decimos que es empresario? – Lo es porque para llevar adelante su actividad requiere administrar y gestionar las actividades propias de un negocio. Más allá de que trabaje solo o con colaboradores (empleados), o de que facture apenas para sobrevivir.
Empresario no es lo mismo que emprendedor
Los términos “emprendedor” y “empresario” son confundidos con frecuencia en la actualidad. Ambos se relacionan estrechamente, sin duda. Pero no tienen el mismo significado.
En un sentido más formal, el empresario es esencialmente un hombre de negocios. Posee empresas que tienen o cuentas con personalidad física o jurídica. Además, el empresario combina capital y trabajo a fin de obtener beneficios económicos.
En este punto, vale la pena recordar cómo se define una empresa. El diccionario de la Real Academia Española, define la empresa como:
Unidad de organización dedicada a actividades industriales, mercantiles o de prestación de servicios con fines lucrativos.
Por su parte, el emprendedor es una persona que emprende cualquier actividad que requiere de esfuerzo, trabajo o envergadura y supone o entraña riesgo.
Diferencia entre empresario y emprendedor
La diferencia entre empresario y emprendedor podemos apreciarla como sigue:
- El emprendedor representa la parte creativa y práctica. Es quien marca el inicio. Es la persona que asume el riesgo; utiliza el ingenio, la audacia, el entusiasmo y la insatisfacción laboral para realizar un cambio a través de la innovación de las ideas.
- El empresario, por su parte, personifica el lado formal del negocio. Asume responsabilidades frente a terceros. Es quien invierte en la empresa capital propio o ajeno y la dirige con la finalidad de obtener un rendimiento.
Es claro que un emprendedor puede pasar al rol de empresario, quien a su vez puede, en otro momento, volver a ser emprendedor. La misma persona puede quitarse el sombrero “emprendedor” y colocarse el de “empresario”, como ocurre con muchos personajes hoy día.
¿Un autoempleado es un empresario?
Para algunos, el dueño de un negocio, que lo atiende en su totalidad, no es empresario. Esto, porque lo consideran un autoempleado. La actividad depende totalmente de él.
Sin embargo, nuestra opinión es que es empresario si cumple con las siguientes 4 condiciones:
- Desarrolla tareas para satisfacer las necesidades de sus clientes
- Realiza o compra productos o servicios a los que agrega valor
- Con su actividad genera ingresos y busca ser rentable
- Ejecuta sus actividades bajo una figura legal, creada para tal fin
En el modelo de las etapas por las que pasa una empresa, propuesto en este blog (Gestionar Fácil), la primera etapa se identifica con el emprendedor. Cuando pasa a la etapa “puesta en marcha”, el o la emprendedora crea la figura legal y constituye la empresa.
En este punto, ya es dueño de una empresa, y por tanto, es empresario. Lo que se materializa en la etapa funcionamiento regular.
¿Se puede aprender el oficio de empresario?
¡Claro que sí! Si bien existen características que son propias, como la pasión por crear; con esfuerzo y mucho trabajo podemos ser empresarios exitosos.
El éxito se alcanza cuando las cosas se hacen bien. Y para hacer las cosas bien en el mundo empresarial, necesitamos formarnos, aprender y sobre todo, llevar a la práctica lo aprendido. Y de cada fracaso sacar el máximo aprendizaje posible.
Las 4 funciones claves que todo empresario debe aprender a realizar bien, son las siguientes:
- Planificar: tener una visión global de la empresa y su entorno, tomando decisiones oportunas.
- Organizar: obtener el mejor aprovechamiento posible de los recursos tangibles e intangibles.
- Dirigir: sostener un elevado nivel de comunicación con los colaboradores y tener habilidad para crear un ambiente orientado al logro y a la rentabilidad de la empresa.
- Controlar: cuantificar el progreso realizado por el personal en cuanto a las metas establecidas.
A esto debemos agregar habilidades personales como transmitir entusiasmo para organizar y motivar a los colaboradores.
Formación académica para ser empresario
¿Necesita una persona formación académica formal para ser empresario? – ¡No! Existen empresarios exitosos que no tienen formación académica “formal”. Pero sin duda, se formaron para ejercer su oficio de empresario, desde la práctica. Apoyados en un ambiente de aprendizaje apropiado para tal fin.
Un aprendizaje de calidad también se logra en espacios informales, con mucho trabajo autónomo (autoaprendizaje). Quien desarrolle la capacidad de aprender a aprender, tiene unos pasos adelante…
En otras palabras, lo importante es el conocimiento y su aplicación en la realización del producto o servicio, y la habilidad para administrar y gestionar. Todo esto es posible lograrlo con la práctica, basados en el esfuerzo y el trabajo constante.
Por otra parte, dentro de los numerosos retos que tiene un empresario está el eliminar hábitos que lo limitan en su crecimiento. Los que a su vez, afectan a tu empresa.
Hábitos que debes eliminar
No planificar tus días o semanas
Sin planificación no puedes sacar adelante un negocio. No se trata sólo de establecer objetivos, sino también de establecer pequeñas metas y plazos, para cumplirlas hasta alcanzar tales objetivos.
No comunicar bien
Si quieres que todo salga bien, debes explicar las cosas bien. Tú sabes lo que quieres y los demás deben entenderlo, así que esfuérzate por ser preciso y breve. Utilice técnicas para verificar lo que entendió el colaborador.
Responder el correo de inmediato
Sí, la rapidez a la hora de contestar correos electrónicos es valorada. Sin embargo, cuando eres el empresario, no puedes interrumpir tus tareas cada vez que te llega un correo. Te distraerás y perderás el hilo de lo que estás haciendo. ¿Tienes ideas de cuántas horas hay que dedicar para retomar el trabajo, por estas interrupciones?
Llegar tarde
Un empresario debe predicar con el ejemplo. Si un empleado se pone a revisar su correo y empieza a trabajar 10 minutos más tarde, probablemente no pase nada. Otra cosa es que tú llegues tarde a una reunión, tu imagen puede verse afectada.
Procrastinar en proyectos difíciles
Siempre aparecerán proyectos complicados de ejecutar. Busca apoyo, delega tareas… pero no te quedes parado dejando pasar el tiempo y con el proyecto sin hacer.
No tomar las decisiones oportunamente
Un empresario gestiona, y eso implica que toma muchísimas decisiones, rara vez sencillas. En muchos casos, debes pensar rápido y actuar. Retrasar las decisiones difíciles sólo sirve para retrasar tu éxito.
No descansar
¡Que el negocio sea tuyo no quiere decir que tengas que ser 24/7! Al fin y al cabo, eres una persona, no una máquina. Un empresario exitoso concilia la vida laboral y personal. Toma los descansos necesarios. Sin duda, tu mente y tu empresa lo agradecerán.
No decir nunca que “no”
Cuando eres empleado, la palabra “no” puede ser un tabú. En el caso de un empresario, saber decir no es importante. Debes tener claro que a veces decir un “no” a tiempo es una salvación. Porque si no dices no, te comprometes a cumplir. Y en muchos casos sabemos que será difícil, sino imposible, cumplir.
Con estas recomendaciones finalizamos esta entrega, en la que tratamos de señalar lo que distingue a un empresario de un emprendedor. Así que a partir de ahora, podrás emplear estos términos con más propiedad.
Como sabes, el correcto uso del lenguaje es necesario para comunicarnos. Aprender todos los días es, precisamente, una cualidad de todo empresario exitoso.
Y si quieres conocer más sobre emprendimiento, te recomendamos nuestro blog emprender-fácil.
¡Hasta la próxima entrega!