Una práctica esencial en la gestión de empresas es tomarse, cada cierto tiempo, un espacio para responder preguntas. Por ejemplo: ¿está la empresa trabajando en función de la misión declarada?, ¿los colaboradores la tienen presente en su actividad diaria?, ¿está la empresa en crecimiento?, etc. Son preguntas que nos pueden ayudar a reenfocar el esfuerzo cuando sea necesario. Este es el tema del que te hablaremos hoy.
Sin duda, estas y otras preguntas pueden servirnos para reflexionar sobre el camino que está transitando nuestra mipyme. Recordemos que aun cuando parezca que todo está bajo control, es necesario verificarlo. Y una forma de hacerlo es a través de la autoevaluación, respondiendo preguntas clave.
Por ejemplo, suponga que tu facturación crece, lo que se refleja en informes mensuales. ¿Es esto evidencia suficiente de que la empresa está en crecimiento? ¡Pues no necesariamente! Más facturación no es suficiente para concluir que tienes una empresa en crecimiento, pues no siempre implica más clientes.
Es claro que todo dependerá del criterio que se aplique, para afirmar o no que la empresa está creciendo. Pero, en el ejemplo, si tienes menos clientes es difícil hablar de crecimiento. Y si hay una tendencia mensual a la baja, más difícil aún.
¡Hay pymes que no crecen!
En nuestra experiencia, hemos visto muchos casos de pymes que “tocan un máximo” y se detienen. Es decir, dejan de crecer después de 2 o 3 años de operación. Esto ocurre en todo tipo de sector, inclusive en empresas de tecnología. ¿Las causas? Creemos que son casi infinitas.
Pero como todo, existen causas comunes que pueden ser detectadas a tiempo. Es por ello que periódicamente debemos autoevaluarnos como empresa. Inclusive en el caso en que la percepción sea que todo marcha bien; porque no siempre la percepción que tengamos está alineada con la realidad.
Si tu organización es aún una microempresa, es muy probable que tengas todo – o casi todo – bajo control. Pero cuando contratas más personal y pasas a tener una pequeña o mediana empresa, la complejidad comienza a aumentar.
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En este caso, es necesario delegar en los colaboradores. Y por esta razón no siempre tendremos claridad sobre el “comportamiento” de toda la organización. En este punto, cuando la pyme está en funcionamiento estable u óptimo, los indicadores aportan información clave.
Puede ocurrir entonces que el aumento en el número de empleados, en el volumen de ventas y en la cantidad de tareas, por ejemplo, no permita tener claridad sobre la organización de actividades, después de cierto tiempo. Y en algún momento, la pyme se puede estancar o simplemente, dejar de crecer.
En tal sentido, muchas pymes permanecen operativas, pero sin lograr un crecimiento que las lleve a una etapa “superior”. En este punto, veamos de manera breve una definición de crecimiento empresarial.
Definición de crecimiento empresarial
Aunque este artículo no tiene una intención “académica”, es importante destacar lo que expertos consideran por crecimiento empresarial. Por lo tanto, haremos una breve referencia a ello. Luego, regresaremos a las causas que pueden obstaculizar el crecimiento en la práctica.
Al hablar de crecimiento empresarial, una definición es la que lo plantea como el proceso de mejora de una empresa, que la impulsa a alcanzar objetivos específicos y metas. Este crecimiento puede lograrse, al menos, de 2 formas:
- por un lado, aumentando los ingresos percibidos por la organización, gracias a un aumento del volumen de venta de sus productos o servicios;
- por otro lado, mediante el incremento de la rentabilidad de las operaciones, al reducir de forma efectiva los costes.
También, el crecimiento de una mipyme puede hacer referencia al aumento en variables tales como el volumen de activos, la producción, las ventas, los beneficios o el personal contratado. Lo que no se puede confundir con el concepto de desarrollo de la empresa.
Crecimiento no es sinónimo de desarrollo:
Cuando hablamos del desarrollo de una mipyme, vamos más allá del crecimiento, al plantear cambios tanto cuantitativos como cualitativos. El desarrollo es un concepto más amplio que el de crecimiento, que incluye variaciones cualitativas. Y aunque suele estar acompañado de crecimiento, no siempre es así.
Las estrategias de desarrollo deben estar orientadas hacia la creación de valor. Estas, por ejemplo, pueden crear valor con o sin crecimiento, mediante una reestructuración de la organización.
¿Qué pasa si aplicas planes de acción para mejorar la capacidad de las áreas funcionales? Esto traerá desarrollo interno, más calidad, mejores tiempos de respuesta, etc. Y todas estas mejoras pueden traducirse en crecimiento de variables como la facturación, las ventas o la cartera de clientes.
Causas que frenan el crecimiento de una empresa
Antes señalamos que pueden existir muchas causas por los que una empresa deja de crecer. Aquí veremos algunas de ellas:
1. No realizar investigaciones de mercado:
Si bien una empresa puede iniciar operaciones sin un estudio formal de mercado, después de algún tiempo este podría ser necesario. No solo para revelar detalles sobre el público objetivo, sino para obtener más información de lo que buscan y sobre lo que esté haciendo la competencia.
Información de este tipo será importante para reenfocar el esfuerzo, o darle una dirección y un factor diferenciador a nuestros productos y servicios.
2. Falta de buen financiamiento:
La formación y las competencias pueden incidir en los empresarios mipymes, a la hora de decidirse por financiamiento externo para su empresa. En algunos casos, el temor no les permite tomar créditos para apoyar el crecimiento.
Por ejemplo, hay empresarios que creen que perderán el control de su negocio. También suele ocurrir que tomen un financiamiento incorrecto, creando más problemas que soluciones. Es común, además, ciertas malas prácticas como mezclar las finanzas personales con las de la empresa o solicitar créditos personales para el negocio.
Estas y otras malas prácticas – muy comunes – terminan casi siempre frenando las operaciones de la empresa. Por lo tanto, el uso del crédito empresarial de forma responsable es un pilar para lograr el crecimiento de la mipyme.
3. Dejar de lado el marketing en línea y la presencia en Internet:
Muchos empresarios creen que las estrategias de mercadeo y ventas son muy costosas; y las asocian más con medianas y grandes empresas. ¡Esto es un error! Sin duda, realizar una inversión en una campaña adecuada ayudará a incrementar la presencia de la marca y conseguir nuevos clientes.
Por otra parte, apropiarse de canales como los que nos ofrecen las nuevas tecnologías, es esencial para decir presente en la nube.
Todos podemos dedicar tiempo a conocer los procesos de compra en línea y sus aspectos claves. Y sin incurrir en costes mayores, tener presencia por tales medios, cada vez más utilizados por los clientes de todas las generaciones. Son medios ideales en muchos casos para aplicar estrategias de mercadeo y venta.
Y si no tenemos idea del asunto, siempre valdrá la pena acudir a una agencia o a un experto en la materia para diseñar estrategias a la medida.
Con seguridad estaremos de acuerdo que por pequeña que sea la empresa, contar con presencia en Internet a través de redes sociales o un blog, por ejemplo, ayudará a que los productos o servicios lleguen a más personas. Por otra parte, es un medio para mantener el contacto con prospectos y clientes, quienes aportan comentarios y feedback, necesarios para mejorar.
4. Precios fuera de competencia:
No es una causa común, pero no se puede descuidar. En este aspecto, es importante tener claro que en muchos casos, el precio que está dispuesto a pagar un cliente puede ser mayor al de la competencia. Y la razón de esto, por ejemplo, es la calidad que le brindemos en el proceso de venta.
De hecho, una distinción interesante es la de precio versus valor. ¿Tienes claro esta diferencia entre precio y valor? El precio es la cantidad de dinero que se le asigna a un producto para su venta (o lo que paga un consumidor para adquirir el bien). El valor es la utilidad que tiene este producto para el consumidor.
Mientras que el precio se refiere a la cantidad de dinero que hay que pagar para obtener el producto, el valor se refiere a los beneficios o satisfacción que pueda obtener quien lo compre.
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En cualquier caso, para ofrecer un producto/servicio apto dentro de un nicho de mercado, su precio debe estar acorde con su calidad. Además, no deberíamos tenerlo fuera de los parámetros de la competencia. Un cliente no comprará un producto igual al de la competencia, por un precio mayor. Si es más costoso y no aporta nada novedoso que justifique su precio, simplemente no lo comprará.
5. No aplicar métricas e indicadores:
En empresas que han logrado cierto nivel de madurez, es necesario aplicar métricas e indicadores. Para ello, deben contar con herramientas de gestión, que den cuenta de los datos e información de las áreas funcionales.
La medición es, sin duda, un insumo para la dirección estratégica, pero también para los procesos principales y de apoyo. Con el resultado de indicadores, podemos realizar evaluaciones periódicas del desempeño. Al comparar mediciones de períodos sucesivos, las tendencias podrían ser claves para el diseño de planes de mejora. Además, darán pautas para definir la dirección que debe tomar la empresa.
6. Ignorar la gestión del talento:
Una empresa puede dejar crecer si el equipo de trabajo no es “sólido” ni desarrolla competencias. Por otro lado, el descuido de los procesos de captación, diseño de beneficios e incentivos y clima laboral, afectará la productividad.
Por ejemplo, si se contrata a colaboradores que no encajan con la misión y valores de la empresa, será difícil que la organización mejore o avance. Es por tal razón que la gestión del talento humano debe iniciarse lo más temprano posible.
7. No contar con análisis financieros:
Por ejemplo, el no estar atento al movimiento de los ingresos y gastos, así como del balance general de las cuentas, entre otros aspectos de las finanzas, es una forma de estancar el crecimiento. Por otra parte, tener claridad de las áreas que necesitan inversión en función de su contribución al crecimiento, constituye un pilar importante para consolidar una mipyme.
8. Falta de una cultura de aprendizaje:
Muchos de los aspectos comentados están relacionados con un elemento clave para toda mipyme exitosa: la cultura de aprendizaje.
Esta se base en la premisa de que el aprendizaje de los colaboradores, es vital para el éxito de la organización. Como sabemos, el talento humano de una empresa es su recurso más importante. Por lo tanto, es fundamental ofrecerles un entorno que facilite su empoderamiento, a través de un proceso de aprendizaje continuo.
En tal sentido, la cultura de aprendizaje puede entenderse como el conjunto de valores, procesos y prácticas que motivan la adquisición de conocimientos y habilidades. Es decir, que motivan la adquisición de competencias. Sin esto, toda empresa dejará de crecer y hasta se estancará. Y luego, salir de esta inercia, podría ser una situación compleja.
9. Asesoría legal deficiente:
Una última causa que puede afectar el crecimiento de una empresa, es ignorar las responsabilidades legales y fiscales. Inclusive, también puede ser obstáculo la constitución incorrecta de la misma, pues tarde o temprano dará problemas para poder crecer.
Por esta razón, es necesario un asesor en temas legales y empresariales al momento de constituir la empresa. Es un tema que suele tomarse a la ligera, en particular, por empresarios sin experiencia.
¿Está tu empresa en crecimiento?: comentarios finales
Evitar malas prácticas o errores como los comentados, minimizará el estancamiento o el declive de la empresa. Es por tal motivo que, aun en el caso de que todo parezca ir bien, vale la pena realizar diagnósticos básicos, que confirmen la buena marcha de la organización.
Con base en herramientas sencillas o básicas, podemos detectar a tiempo situaciones que afecten el crecimiento de la empresa. Por ejemplo:
- autodiagnósticos con base en listas de chequeo;
- análisis de tendencias de indicadores clave;
- evaluación integral del talento y del clima laboral;
- aplicación de la matriz FODA por áreas y para la empresa; etc.
Por otra parte, hay 7 pilares que los expertos recomiendan cuidar, y de los que hablaremos en otra ocasión. Algunos de ellos ya referidos. Ellos son: el cliente, la cultura, la tecnología y la analítica; las operaciones, las finanzas, las transacciones y alianzas, y el riesgo.
¡Muchas gracias por leernos!