¡Bienvenidos a una nueva entrega de Gestionar Fácil, en la que hablamos sobre gestión de negocios! Pero esta vez, el propósito es responder a una pregunta sencilla: ¿gestionar es arte o es ciencia? Es una discusión interesante.
Por lo tanto, esperamos que luego de esta lectura – que solo te llevará unos minutos – tengas más bases para gestionar mejor tu empresa o negocio. Porque las distinciones entre arte y ciencia pueden darte elementos para mejorar. ¿Qué empresario no querrá ser mejor en su gestión?
Hablaremos entonces de gestión, recogiendo un poco la opinión general sobre si es arte o es ciencia. ¡O un poco de ambas!
Antes, dos definiciones tomadas de la RAE:
- Arte: actividad humana que tiene como fin la creación de obras culturales. Capacidad, habilidad para hacer algo. Detalles en rae.es/arte.
- Ciencia: conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales con capacidad predictiva y comprobables experimentalmente. Detalles en rae.es/ciencia.
Pero la respuesta a la pregunta de si gestionar negocios es un arte o una ciencia, no se resuelve con estas definiciones. ¡Las opiniones apuntan en una y otra dirección!
Gestión de negocios: ¿Arte o ciencia?
Responder a esta pregunta, como ya lo indicamos, no es tan fácil como parece a “simple vista”. Y es que la prueba de ello está en la diferencia de opiniones que encuentras en la Web.
Allí tenemos, en general, dos grupos. Aunque podríamos hablar de 3 grupos, porque también están los que consideran la gestión, tanto arte como ciencia.
- Por un lado están los que apuestan por la gestión como ciencia, con el argumento de que incluye técnicas, herramientas y procesos que nos ayudan en esa tarea. O en todo caso, porque es una aplicación de las ciencias de la administración.
- Y por el otro, tenemos a los que apuestan por la gestión como arte, debido a las habilidades (capacidades) que un gestor debe tener para lograr las interacciones con los “stakeholders” de una empresa: clientes, proveedores, otros gestores, colaboradores, etc.
Ten en cuenta que las ciencias de administración no deben ser confundidas con las prácticas de la administración y la gestión. Es decir, las ciencias de administración constituyen un cuerpo autónomo de conocimientos que tiene por objetivo esclarecer las acciones conductuales colectivas de los grupos humanos, que redundan en la creación de empresas.
Son ciencias de acción y decisión, que se apoyan y se articulan en numerosas disciplinas de las ciencias exactas y de las ciencias humanas.
¡Dos gestiones “idénticas” no siempre concluyen en dos empresas exitosas!
Por otro lado, debemos tener claro que algunos ven a la gestión como “arte”, por el hecho de que dos “gestiones” idénticas, en negocios similares, no dan como resultado dos empresas igualmente exitosas.
Puede ocurrir que una empresa sea exitosa y la otra no. De allí que el éxito empresarial no se logra por aplicar solo conocimientos técnicos “objetivos”. ¡Sin duda, hay algo más!
Para adentrarnos un poco más en el tema, veamos dos puntos clave: las responsabilidades de un gestor y sus capacidades – las esperadas – para realizar bien su oficio.
Responsabilidades de un gestor
Quizás una forma de dar respuesta al planteamiento “gestión de negocios, ¿arte o ciencia?, sea a partir de la revisión de las responsabilidades que tiene un buen gestor o empresario.
Entre las principales responsabilidades podemos citar las siguientes:
- Asegurar que todos los objetivos se alcancen, cumpliendo restricciones típicas como: tiempos, costes, estándares de calidad, satisfacción del cliente, etc.
- Alcanzar los objetivos del negocio (en el corto, mediano y largo plazo).
- Trabajar en equipo y en forma colaborativa, con todos los responsables de las áreas funcionales. Así, puede asegurar que los recursos se empleen en forma eficaz y eficiente.
- Facilitar la comunicación entre el cliente, la alta dirección y las áreas funcionales (clientes internos).
- Diseñar, controlar y ejecutar planes realistas, alcanzables según la capacidad operativa y de gestión del negocio.
- Mantener informados a todos los interesados en la organización, de manera oportuna.
- Tomar todas las decisiones necesarias, apoyándose en el equipo de trabajo.
- Proponer o iniciar acciones correctivas, planes de mejora y resolver los conflictos, que son inevitables en una organización.
Si tienes experiencia en gestión de proyectos, estas funciones te parecerán conocidas. Y es natural, porque una empresa es, en sí misma, un proyecto. Todo empresario lo que tiene ante sí es un proyecto que debe gestionar bien para transitar por el camino del éxito.
Tal vez, visto desde la perspectiva de las funciones que se realizan, la gestión de negocios sea más una ciencia. Porque implica un conjunto de conocimientos, sistemáticamente estructurados, de los que se deducen principios con capacidad predictiva.
Capacidades necesarias en un gestor
Por otro lado, para que un empresario o gestor pueda responder con éxito a todas sus responsabilidades, tiene que “adquirir” o desarrollar una serie de capacidades y habilidades.
Una forma de clasificar estas capacidades es la siguiente:
- Capacidades técnicas. Son los conocimientos sobre procedimientos, métodos y procesos. Tienen que ver con el “saber hacer” y el “saber cómo”. Estas capacidades se pueden lograr a partir de la formación académica, combinada con la práctica. Pero es posible conseguir expertos por experiencia, sin haber cursado estudios formales. Estas se conocen más como competencias duras.
- Capacidades humanas y sociales. En este caso hablamos de las habilidades que permitan trabajar con personas y en equipo. Implica la comunicación efectiva, el trabajo colaborativo, la empatía, el pensamiento crítico, entre otras. Lo común es que estas capacidades sean desarrolladas en entornos diferentes, desde la propia familia hasta la empresa. Se conocen más como competencias blandas.
- Capacidades de diseño. Aunque este tipo de capacidades puede ser parte de las anteriores, son aquellas que permiten entender el entorno, analizarlo y adaptarse. Y diseñar (crear) soluciones.
Quizás, desde la perspectiva de las capacidades y habilidades, la gestión de negocios se puede considerar más un arte que una ciencia. Demanda una actividad humana que tiene como fin la “creación” de nuevos mundos. Necesita inspiración.
Por ejemplo, el diseño y desarrollo de una solución que impacte a la sociedad y que dé como resultado, cambios permanentes. Estas son, precisamente, las innovaciones.
Gestión de negocios:
Entonces, ¿cómo definimos a la gestión de negocios?
Algunos expertos consideran que gestionar una empresa es un arte, apoyado en conocimientos técnicos y científicos.
Si partimos de que la diferencia entre ciencia y arte está en que la ciencia se rige por leyes (mismas causas, mismos efectos), y en el arte los principios, que son comunes en su enunciación, generan situaciones muy diversas en su aplicación, entonces dirigir y gestionar es un arte.
Es decir, gestionar sería más un arte porque la gestión es un fenómeno que depende más de la intención y de la inspiración. Y las mismas “leyes” en una organización no necesariamente tienen los mismos efectos en otra.
Conclusión
Gestionar bien no es una capacidad que se obtiene a partir de un conocimiento determinado. Es más una capacidad que proviene de la confluencia de experiencias, que permiten “formar” conocimiento a quien gestiona.
Estaremos de acuerdo en que palabras poco utilizadas en el ámbito de la administración, como intuición, intención y hasta suerte, son determinantes en la gestión de un negocio. Hay empresarios que son exitosos gracias a su intuición.
Observe que una tarea específica, de tipo técnica, demanda conocimientos “duros”, que vienen de las aplicaciones de la ciencia. Pero en niveles “altos” de gerencia, no hay procesos o métodos definitivos. La gestión de dos empresas con las mismas reglas y principios, no necesariamente logrará los mismos resultados.
Por lo tanto, creemos que no se puede decir de manera tajante que la gestión de un negocio es un arte. Tampoco que es simplemente ciencia.
En tal sentido, nos quedamos con la propuesta de que gestionar una organización (empresa, negocio, institución educativa, ONG, etc.) es en general, un arte apoyado en conocimientos técnicos y científicos.
¡Muchas gracias por leernos!