¿Quieres saber de qué se trata el indicador de productividad?
Pues, ¡estás en el post ideal!
Éste es un tema con mucha relevancia para las pymes, así que todo administrador o empresario debe dominarlo.
Por tal razón, hoy lo abordaré de manera sencilla y práctica para que lo comprendas fácilmente.
En síntesis, un indicador de productividad no es más que una relación expresada en términos porcentuales, donde podrás evaluar los esfuerzos empleados con respecto a los productos o los servicios generados.
Tener este conocimiento te dará indicios sobre la situación de la empresa, así podrás tomar decisiones asertivas y aplicar los correctivos necesarios.
Y para ello, nos centramos en los siguientes puntos:
Contents
Sin más preámbulo, entremos en materia conociendo los elementos clave de la productividad en una empresa. PRESTA ATENCIÓN:
Dicho esto, vamos con lo prometido…
Indicador de productividad en pymes
La importancia de los indicadores de productividad radica en la evaluación y “cuantificación” que proporcionan sobre una relación clave: “los esfuerzos empleados, por productos y servicios generados“.
En esta frase se define claramente la intención o el propósito de todo indicador de productividad.
Entonces, la fórmula quedaría expresada de la siguiente manera:
Productividad en pymes = (bienes generados / esfuerzo empleado)
¿Lo ves?
Lo ideal es aplicar este medio, utilizado solo para identificar valores, junto con los indicadores de calidad.
Así, el equipo de trabajo podrá crear y alcanzar un entorno ideal para el crecimiento y competitividad de la compañía con base en resultados de utilidad real.
En el artículo: ¿Cuándo utilizar indicadores de productividad en una pyme?, señalamos que tales índices empresariales, en general, son herramientas que apoyan la competitividad de la empresa.
Sin duda, éstos impulsan la aplicación de estrategias para mejorar en procesos y lograr la satisfacción del cliente.
En consecuencia, puedes determinar fácilmente el número de clientes y conseguir elevar la facturación.
Dentro de los tipos de indicadores, también conocidos como KPI (key performance indicator) que podemos aplicar, los que miden la productividad, son clave.
En fin, los indicadores de productividad son mediciones en los que muchos empresarios se basan para medir la relación: producción/insumo–utilizado.
Pero, espera, si quieres reforzar un buen análisis…
Tienes otra alternativa para calcularlo, y es estimando un cociente entre cantidad producida y tiempo empleado.
Ahora, quizás te estás preguntando…
¿Se mide la productividad de la misma manera en las pymes?
La respuesta inmediata es, no. No se mide de la misma forma.
Todo indicador, del tipo que sea, debe obedecer a un objetivo.
Esto determina la forma de calcularlo, su frecuencia e interpretación, entre otros aspectos.
Para conocer detalles de cómo crear indicadores de gestión, te sugerimos esta lectura, didáctica por demás: Guía de Indicadores de gestión. ¡Todo lo que debes saber!
La productividad de una pyme se mide a través de una serie de indicadores relacionados.
Por su parte, la evaluación se realiza al menos de dos maneras:
- La primera, mediante su comparación con el resultado de otras empresas. Es decir, con aquellas que producen los mismos productos o servicios y que se consideran empresas líderes en el sector.
- La segunda opción, es evaluar la evolución histórica de los indicadores y su tendencia. Para conocer así, el grado en que la empresa mejora su productividad en el tiempo.
Veamos un ejemplo…
Pongamos como supuesto la comparativa de dos empresas.
Vamos a imaginar que fabrican sillas ejecutivas. Y que el precio de venta de una silla similar en la empresa 1 es el doble que el de la empresa 2.
Ya de entrada, los indicadores de productividad que utilizarán las dos empresas serán diferentes.
Mientras la empresa con el producto más costoso está centrada en la calidad, la empresa con el producto más económico, se centra en producir más cantidad a menor coste.
En este punto debemos tener presente tres cosas:
- Es claro – o debería serlo – que cada empresa “apunta” o dirige el producto a un cliente final diferente.
- También es evidente que las dos empresas buscan tener beneficio. No tendría sentido producir a pérdida.
- Los objetivos de medir la productividad son diferentes.
¿No crees?
Observa que en una empresa, por ejemplo, serán invertidos más recursos en mayor cantidad de personal, para producir más rápido.
Mientras que en la otra, posiblemente la inversión sea en personal con mejores competencias, en mejores materiales o en una maquinaria más precisa.
Esto supone un coste más elevado para la empresa. Pero ese coste más elevado será “absorbido” por el incremento de la calidad del producto.
Por lo tanto, el precio no será el mismo. Así que el producto está dirigido a un cliente dispuesto a pagar por un “mayor valor”.
En el caso de la empresa con el mueble más caro, podría haber un indicador de productividad esencial, relacionado con el valor de marca. Nos referimos al valor añadido del producto por llevar una marca detrás.
Es claro que una marca también produce para la empresa, ayuda en las ventas y genera beneficio; es decir, aumenta la productividad global.
Medición del indicador de productividad
¿Cómo se calcula el índice global de productividad?
La fórmula más sencilla consiste en dividir la productividad obtenida por el consumo de todos los “factores” o insumos utilizados para ello.
Eso es en términos generales.
Productividad global = (Producción obtenida) / (Insumos utilizados)
Por ejemplo, una fábrica de muebles dispone de 5 trabajadores (con un salario diario de 45 euros cada uno). Hacen 10 muebles, totalmente terminados, en cada jornada; cuyo precio de venta es de 350 euros.
Para ello, la empresa destina una maquinaria, que supone un coste de 500 euros al día, más otros 1.500 euros en materia prima.
De este modo, en el cálculo de la productividad de la pyme sería:
- Producción diaria = (10 muebles) x (350 €/mueble) = 3.500 €
- Coste diario de personal = (5 trabajadores) x (45 €/trabajador) = 225 €
- Otros costes y gastos diarios = 2.000 €
Productividad (día) = (3.500 €) / (2.225 €) = 1,57
Esta cifra nos indica que utilizando un total de 2.225 euros por concepto de recursos, la empresa está en la capacidad de producir 1,57 veces ese valor.
Por otra parte, observamos que arrojó un resultado no muy alto, sin embargo, refleja una productividad positiva, porque el indicador es mayor que 1.
Ahora bien, si el cálculo nos diera menor que 1, tendríamos una productividad “negativa”, pues los costes de los insumos serían superiores a la producción obtenida.
Acciones a tomar
Y en este punto, deberíamos tomar acciones correctivas de inmediato con respecto a las actividades, al desempeño productivo alcanzado por los vendedores, revisar las metas propuestas y el nivel de eficacia en cada área empresarial productiva.
Además, es importante, hacer seguimiento al último -o los últimos- parámetros constantes para entender el sistema de manera global.
Estos datos fundamentales, “a la larga” significan mejoras y rentabilidad.
¡Cuidado con la simplificación extrema!
En el ejemplo ilustrativo que acabamos de mostrar, hicimos una simplificación “extrema”, porque deja por fuera muchos otros costes y gastos.
Por ejemplo, no se están considerando costes relacionados con áreas como mercadeo, tampoco con el almacenamiento. Además, supone una venta realmente casi inmediata.
Es por ello que el equipo o el responsable de definir cada indicador de productividad, deberá ser muy eficiente, revisar y mejorar el cálculo de las razones con mayor frecuencia, incorporando nuevas variables clave.
Por esta razón, en la guía que compartimos para definir indicadores, insistimos en que si bien parece trivial, debemos poner atención a la forma de cálculo según el objetivo que se persiga.
A continuación, te presento las técnicas que permiten elevar la calificación de los ratios de alguna actividad en particular o de los proyectos adelantados.
¿Cómo mejorar el indicador de productividad?
Ahora bien, conociendo qué es productividad y cómo la podemos medir, surge una pregunta significativa: ¿Cómo aumentamos la productividad?
Si ya estás al frente de una pyme, sabrás que hay muchos modos de mejorar la productividad general y por áreas.
Y no hay que esperar el declive económico, del que se habla cada cierto tiempo, para empezar a medir la productividad en la empresa y aplicar planes de acción.
Una medida típica frente a crisis económicas, es despedir personal. Es lo más inmediato, pero la realidad es que no es una buena disposición para mantener la productividad, reduciendo costes en la búsqueda de mejorar las cuentas.
¿Por qué?
Te explico:
- Primero, porque crea un clima laboral pésimo.
- Segundo, aumenta la desmotivación.
- Y tercero, este tipo de medidas o similares, siempre impacta en la meta y en el rendimiento, afectando la productividad.
Aunque quizás, otra opción tentadora es bajar los costes de la materia prima cuanto más se pueda. Sin duda, daría mayor margen de capital para trabajar.
Pero… esto puede afectar negativamente la calidad, entre otros aspectos.
¡Así que es una opción que debe pensarse bien!
Nuestra recomendación para mejorar la productividad es, principalmente, la inversión inteligente.
Podemos generar acciones proactivas para ser mejores en los procesos y productos o servicios, ganando competitividad.
Por ejemplo, podemos invertir en maquinaria moderna para mejorar los procesos. También, dotar a los colaboradores de las herramientas idóneas y fortalecer sus competencias.
Son muchas las acciones que nos pueden permitir producir más rápido y con calidad, si invertimos en los puntos más importantes.
Sí, “a priori” es más caro, por la inversión que implica. Pero hay que estudiar bien el retorno en el mediano y largo plazo.
Un punto en el que sugerimos poner el foco es en la capacitación.
Esto permite aumentar la producción, por la calidad en el proceso que se incorpora cuando la formación está bien enfocada.
Reflexiones finales
Debemos precisar que el indicador de productividad en una pyme se puede medir de manera sencilla, y según se requiera, se puede profundizar en los detalles.
Así, se podrá incorporar otros factores para optimizar el proyecto o la actividad.
En una primera etapa se pueden establecer formas de cálculo sin “complicaciones”, que den cuenta del avance de las acciones en períodos sucesivos.
Y con la experiencia lograda, podemos ir mejorando la precisión al incorporar nuevas variables en la fórmula de cálculo. Por supuesto, esto demanda nuevas métricas, según se vayan incorporando los factores.
Una vez que se tenga un cálculo con base en las variables relevantes, podemos pasar a comparar con empresas o competidores directos, si se cuenta con la información.
Esto permitirá fijar, por ejemplo, políticas de precios. Y sobre todo, creará el ambiente y la motivación necesaria para mejorar continuamente y estar al frente del sector.
Para cerrar, algunas recomendaciones importantes para mejorar el rendimiento en la organización:
- Canalizar de la mejor manera posible la gestión del tiempo.
- Redefinir la asignación de tareas, según sea necesario.
- Planificar las cargas de trabajo.
- Racionalizar los recursos, en lo que aplique.
- Dimensionar las áreas funcionales, para contar con equipos de trabajo ágiles y motivados.
Gracias por seguirnos.