Cuando hablamos de eficiencia, aparte de definirla en el contexto de una empresa, surge una pregunta clave: ¿cómo se logra? Una manera es modernizar la gestión y ofrecer beneficios a los colaboradores. Es quizás una forma idónea para aumentar su productividad y eficiencia. En este sentido, una de las estrategias usadas para alcanzar este propósito es la gestión participativa. ¡Bienvenidos(as)!
Como ya sabrás, dedicaremos esta entrega a caracterizar la gestión participativa, aplicable en todo tipo de organización. Un elemento central en el caso de las pymes que adoptan el modelo de gestión participativa, es que delegan la toma de decisiones en todos o casi todos los niveles. Por lo que una primera condición, en tal sentido, es que el empresario o gestor debe saber delegar.
Por otro lado, en este contexto los empleados pueden opinar, cuestionar y proponer, con total libertad, dentro de un sistema de valores acordado. Y uno de los compromisos de los supervisores es que deben estimular la participación efectiva en la gestión, en todos los niveles de la estructura organizacional.
Y en virtud de que saber delegar es uno de los elementos claves, te dejaremos al final de esta corta lectura un artículo que te resultará interesante. Por el momento, es necesario aclarar que para muchos empresarios, delegar no es una tarea fácil. Por lo que antes de pensar en el modelo de gestión participativa, es clave evaluar qué tanto quieres y sabes delegar. Además, la pyme debe estar preparada para tal fin.
Una definición de gestión participativa…
La gestión participativa consiste en un conjunto integrado de prácticas de gestión del talento humano, que requiere trasladar parte del poder de decisión a los empleados de la empresa, para lograr al menos lo siguiente:
- mejorar la capacidad y eficiencia de los procesos;
- aumentar el valor añadido aportado en las operaciones; y
- apuntalar una ventaja sostenible, que sea difícil de imitar por la competencia.
En la literatura sobre este interesante tema se asocia gestión participativa a términos como Empowerment o High Involvement Work Practices.
¿Qué beneficios tiene la gestión participativa?
Antes de precisar los beneficios, debemos tener claro que la gestión participativa exige compromiso. El modelo tiene como fin comprometer a todos los empleados en los objetivos de la empresa. Y por lo tanto, es una forma de integrar a todas las áreas para la consecución de las metas de crecimiento.
En otras palabras, el modelo requiere de todos los actores un trabajo comprometido y en equipo. Con la claridad de que todos serán parte de las conquistas o de los retos logrados. Es decir, al compartir el reto de una gestión exitosa, también se comparten los méritos, los logros y, por supuesto, los beneficios que sean alcanzados.
Grandes empresas han adoptado la gestión participativa, con el fin de permitir a sus equipos de trabajo la mayor autonomía posible en la toma de decisiones. Se apoyan en un modelo democrático y descentralizado. Además, estas empresas privilegian la calidad de vida de sus colaboradores y, en función de ello, han creado un ambiente liderado por valores como el respeto y la participación en los resultados.
Aplicar el modelo de gestión participativa es una forma de mostrar coherencia con la premisa de que el talento humano es el mayor activo de una empresa.
Gestionar Fácil.
a. Algunos beneficios importantes son:
- Estructura con pocos niveles jerárquicos. El modelo de gestión participativa sugiere una organización “plana” o con un mínimo de niveles. Por lo tanto, si se aplica bien, elimina el exceso de burocracia, a veces presente hasta en pequeñas empresas.
- Motivación elevada en los empleados. No es extraño encontrar que un empleado se motive cuando se le da autonomía y poder de decisión. Es claro, en todo caso, que delegar en ellos demanda el desarrollo de competencias duras y blandas, así como la aplicación de normas que eviten el caos.
- Agilidad en la toma de decisiones. Cuando una empresa elimina la burocracia y tiene pocos niveles jerárquicos, un efecto es la agilidad que se da en la toma de decisiones, aun cuando el modelo de gestión participativa no se aplique en forma explícita.
- Mayor eficiencia y productividad. Una estructura plana, con gente motivada y con un proceso ágil para la toma de decisiones, lleva sin duda a la eficiencia operativa. Por supuesto, siempre que haya racionalidad y que el equipo esté enfocado en el logro de objetivos específicos, con vista en la misión y visión. Mantener alineado al equipo es una responsabilidad esencial del empresario.
- Compromiso con el resultado de la empresa. Como ya indicamos, la gestión participativa implica compromiso con los valores de la empresa, con el equipo de trabajo y con los resultados esperados.
Otros beneficios que surgen a partir de la aplicación del modelo son el aumento de los beneficios, la elevación del desarrollo profesional de los colaboradores y mejores tiempos en el logro de los objetivos de la empresa. Además, mejora el clima laboral, crea pymes innovadoras (con creatividad aplicada) y fideliza a los empleados.
b. Ventaja competitiva:
Por otra parte, es importante resaltar que la gestión participativa se fundamenta en una buena política de comunicación interna, que estructura y canaliza el conjunto de “mensajes” que se intercambian los equipos y colaboradores, que forman parte de la empresa. Y que bien aplicada, aprovecha la creatividad presente en todos los niveles, para traducirla en mejora continua e innovación.
Es decir, en una mejora de los procesos y del rendimiento de los recursos que terminan generando ventajas competitivas. En otras palabras, la gestión participativa puede hacer uso de la política de hacer bien las cosas todos los días, realizando pequeños cambios progresivos, dentro de una cultura de aprendizaje que busca en forma constante la excelencia.
¿Cómo aplicar el modelo de gestión participativa?
Con lo comentado hasta este momento, ya tendrás claro algunos elementos para implantar el modelo en la empresa. Quizás un primer paso es diagnosticar la situación de la empresa en términos de cómo está la organización. Por ejemplo, puedes realizar preguntas como:
- ¿Es clara la estructura organizacional?
- ¿Se ha eliminado la burocracia que no aporta valor?
- ¿Están definidos con detalle los puestos de trabajo?
- ¿Los procesos están definidos y documentados? ¿Son entendidos por todos?
- ¿Los canales de comunicación funcionan y es óptima la gestión de la información?
- ¿Tienen los empleados las competencias duras y blandas necesarias para su cargo?
- …
Estas y otras preguntas nos pueden ayudar a verificar si las condiciones están dadas para aplicar el modelo de gestión participativa. De hecho, podemos considerar su puesta en marcha en 2 o 3 fases, hasta alcanzar a todos los empleados de la pyme.
Tal vez, a estas “alturas” del artículo, estés cuestionando que el modelo no es aplicable en todas las empresas. Y en efecto, puedes tener razón.
Además, en una empresa de servicios profesionales será, con alta probabilidad, más fácil aplicar la gestión participativa que en una fábrica de tornillos de acero para equipos industriales. Por lo tanto, el cómo implantar el modelo dependerá de cada empresa, de su nivel de madurez y de las competencias de los colaboradores.
Algunos consejos para aplicar el modelo son:
- Comparte la información de la empresa y pon a disposición de todos los involucrados, los datos, objetivos, proyectos…
- Incluye a los empleados en la toma de decisión e intercambio de ideas, aplicando buenas prácticas al delegar.
- Ofrece feedback de calidad y establece, en forma conjunta, las metas personales de los colaboradores.
- Relaciona las diferentes áreas de la pyme, asegurando la comprensión del impacto de la gestión de cada una sobre las demás.
Cuando se establece el modelo de gestión participativa, el empresario y sus colaboradores comparten responsabilidades, participan de la decisión sobre los objetivos y metas, y trazan la ruta a seguir. En el ambiente laboral prevalecen buenas prácticas para la discusión de ideas, como el respeto por la opinión de otros y la aceptación de experiencias vividas, con base en un diálogo que enriquece a todos por igual.
En este contexto, en la cultura de las pymes se acepta el error como fuente de aprendizaje. Con pocos niveles jerárquicos y sabiendo aplicar la escucha activa, un proceso de gestión participativa es una “herramienta” para hacer crecer a la empresa, sumando los aportes de todos los colaboradores.
El error es una fuente que debe ser aprovechada para el aprendizaje en las pymes. La gestión participativa demanda de los colaboradores la capacidad de aprender a aprender, para que la empresa avance con buen pie en la ruta trazada.
Gestionar Fácil.
Conclusiones
Para cerrar esta lectura podemos decir, en términos generales, que la gestión participativa es un modelo de dirección que involucra a los colaboradores de base o “sin mando”, en una o más de las 3 situaciones siguientes:
- En el proceso de toma de decisiones; es decir, en la identificación de problemas, análisis de las posibles causas y escogencia de las soluciones.
- En el proceso administrativo y de gestión, que le da oportunidad de intervenir en la planeación, organización, coordinación, dirección y control de las diferentes actividades de la empresa.
- Y por último, en los beneficios y logros alcanzados por la organización.
Para abordar y aplicar este modelo en la empresa, es necesario verificar que ciertas condiciones estén dadas, pues de otra forma, puede terminar en un fracaso.
Aspectos como la gestión de la información, la calidad de la comunicación, las competencias duras y blandas de los colaboradores, la capacidad de dar feedback, etc., son pilares de una gestión en que la participación marque la ruta del negocio, definida por el equipo de trabajo.
En fin, comentado todo lo anterior: ¿Está preparada tu empresa para aplicar el modelo de gestión participativa?, ¿aportaría una ventaja competitiva?
¡Muchas gracias por leernos!